El espectro de cosas que abarca lo que se denomina paranormal o sobrenatural, es tan amplio que casi todas las personas en el planeta tienen al menos una creencia de este tipo, no es necesario pertenecer a alguna religión o practica esotérica, pues incluso personas que dicen no creer en dios o en la magia, se declaran creyentes de otro tipo de eventos que según su forma de ver o pensar no se rigen bajo las leyes naturales.
Algunas de las creencias sobrenaturales más populares son: adivinación, demonios, desdoblamiento, destino, duendes, dioses, espiritismo, fantasmas, Ovnis, posesiones, profecías, reencarnación, suerte, telequinesis, telepatía, etc. El grueso de las personas que conozco cree en más de 5 de estas opciones y lo hacen sin saber exactamente porque, simplemente creen y por si fuera poco hablan del tema con una convicción que los hace totalmente herméticos a otras ideas más acordes con lo que los seres humanos entendemos por realidad, además de que transmiten todas sus convicciones (casi con seguridad erróneas) a otras personas, que en las palabras sabias de uno de los precursores de la ciencia moderna “ prefieren creer aquello que prefieren que sea cierto”.
En un mundo tan enlatado como en el que vivimos donde nacemos, nos educamos, trabajamos, nos reproducimos y morimos no es difícil comprender porque muchas personas crean una realidad alterna llena de fantasía y seres maravillosos que están en constante interacción con sus vidas, ya sea para bien o para mal. Afortunadamente en casi todas las épocas de las que tenemos conciencia, hemos contado con hombres y mujeres de carne y hueso (valga la aclaración) que han cambiado ideas facilistas y preconcebidas por un pensamiento critico de los fenómenos que no comprenden y gracias a ellos, hoy estamos convencidos de que las enfermedades no son causadas por demonios, que los truenos no son producto de algún dios, que ni el sol ni la luna tienen personalidad y que tampoco debemos hacer sacrificios o reverencias ante su presencia, que la medicina salva muchas mas vidas que los milagros o los chamanes, que ni el ser humano ni ninguna de las demás especies fueron creadas por ningún dios, pues han cambiado sustancialmente desde sus orígenes, que las auroras boreales no son producto de la batalla de seres celestiales, entre otras muchas ideas totalmente carentes de una revisión critica y que han tenido que ceder ante argumentos basados en la razón y no en la contumacia popular.
Pero entonces ¿porque estas ideas paranormales están tan arraigadas en nuestra especie? Bueno, gran parte de la respuesta a esta pregunta esta en nuestro cerebro, aquel órgano que controla todas nuestras funciones, sensaciones, pensamientos etc. y que todavía no comprendemos con exactitud. Estudios han demostrado que cuando utilizamos alguno de nuestros sentidos hay zonas en nuestro cerebro que están mas activas que otras, es decir que responden a estímulos externos que nos llegan a través de los mismos (sentidos), pero esto no termina ahí pues cuando los individuos están dormidos y se sueñan por ejemplo con una locomotora, pueden escucharla sin que esta realmente exista y se activan exactamente las mismas zonas que con la experiencia real, ¿nunca se han soñado que vuelan y efectivamente pueden sentirlo?, o que ¿están a punto de caer a un precipicio y sus cuerpos reaccionan como si se estuvieran enfrentando a la situación real? pues bien, ¿que pasaría si de alguna manera nuestra mente dejara escapar este tipo de sensaciones mientras estamos totalmente despiertos? ¿Les suena a disparate? ¿Nunca sintieron el delicioso olor de una comida que evidentemente no estaba por ahí? o ¿Nunca creyeron escuchar que alguien los llamara donde claramente no sucedió asi? Según el psicólogo cognitivo Bruce Hood, una de las experiencias sobrenaturales que compartimos todos los seres humanos es la de poder sentir las miradas y se debe según el, en gran medida a la concepción que tiene la gente de la acción de ver y es que aunque hace mucho tiempo sabemos que solo podemos ver cuando la luz hace contacto con nuestros ojos(pues en un cuarto totalmente oscuro no podríamos ver nada), muchas personas siguen intuyendo que hay cierto tipo de energía que sale de sus ojos cuando ven algo, la cual es totalmente perceptible (jajajajajjajajja), bueno, este tipo de ideas sumadas al sesgo que tenemos de tomar por ciertas, teorías que se basan en los resultados que las confirman sin tener en cuenta los que las niegan, nos llevan fácilmente a creer que tenemos ciertas facultades que están mas allá de las leyes naturales. Para ponerlo mas claro tomemos el ejemplo de que podemos sentir las miradas, si de repente cuando tenemos esta sensación volteáramos nuestra cabeza en la dirección indicada y alguien efectivamente nos estuviera observando, pues bingo tenemos el “don”, desafortunadamente no tenemos en cuenta todas las veces que tenemos la misma sensación y no nos estaba viendo nadie. Como llegamos a la conclusión “racional” de que tenemos el “don” cuando tenemos esta experiencia en un lugar donde estamos totalmente solos, la respuesta mas lógica seria que nos observa alguien que esta ahí, pero nuestros ojos no pueden ver, e inmediatamente tenemos la certeza de que los fantasmas existen. Esto solo por hablar de un caso especifico.
Seria simplista de mi parte decir que todas las creencias sobrenaturales se derivan de las situaciones planteadas en el párrafo anterior, a estas también se deben sumar la confianza ilógica que tenemos de que lo que se nos dice es cierto, la cultura, la falta de conocimientos y a todo el peso que le damos a nuestros instintos, ¿porque no hacerlo? si durante miles de años salvó la vida de nuestros ancestros ante posibles depredadores así como también los ayudo a cazar sus presas.
Para concluir tengo que decirles que me encantaría contarles de muchos experimentos y teorías al respecto de este tema, pero eso haría supremamente larga esta publicación, si están interesados en el asunto pueden leer el libro del psicólogo que mencione con anterioridad Titulado Sobrenatural, El mundo y sus demonios, de Carl Sagan, El cerebro y el mito del yo, de Rodolfo Llinas, las experiencias del mago James Randi, quien hace mucho tiempo ofrece un millón de dólares a quien sea capaz de comprobar alguno de estos eventos paranormales y en fin, hay mucho más, solo deben buscar. Finalmente con mucha tranquilidad y certeza puedo decir que hasta este momento en la historia de la humanidad no tenemos una sola prueba concluyente de que ninguno de estos fenómenos exista. Los dejo con una frase de Carl Sagan “las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias”.
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